Eterno favorito
La historia de la tecnología de propulsión del
El balance tras seis décadas de evolución en la propulsión del 911: doble de cilindrada, cuádruple de potencia y el mismo concepto básico. «Nos sorprendemos una y otra vez de la capacidad del motor bóxer de seis cilindros para desarrollarse y transformarse», afirma Thomas Krickelberg, director de Operating Excellence en las gamas 911 y 718. Mas adelante, habrá un turbocompresor eléctrico para lograr un mayor nivel de potencia con menos emisiones. Entonces, ¿cuál es esa base grandiosa que se sigue reinventando una y otra vez cuando está a punto de alcanzar las siete décadas de existencia?
El motor Mezger
Cuando
911 con turbocompresor
Cada generación del 911 marca nuevos hitos en cuanto a tecnología de propulsión. La tecnología turbo, probada en competición, pasó a la producción en serie del 911 en 1974. Gracias a la combinación del turbocompresor y la inyección de gasolina, el 930 se adelantó a la competencia en cuanto a rendimiento y eficiencia con sus 260 CV (191 kW) de potencia y cumplió desde el principio las estrictas normativas sobre emisiones. «En retrospectiva, se puede decir que el turbo ha revolucionado el mundo de los motores de combustión», afirma Krickelberg.
Los motores turbo son el sueño de cualquier ingeniero, puesto que aprovechan la energía de los gases de escape calientes que de lo contrario se desperdiciaría. Su corazón es el turbocompresor, compuesto por una turbina y un compresor que van unidos entre sí. La turbina está propulsada por los gases de escape del motor y alcanza casi 200 000 revoluciones por minuto. La rueda del compresor gira a la misma velocidad y suministra aire comprimido a los cilindros. Este aire fresco adicional favorece la combustión, con lo que aumenta la potencia del motor. Para no sobrecargar los componentes del motor, hay que limitar la presión generada por el flujo de gases dentro del turbo. Mediante una válvula de descarga también conocida como wastegate, se liberan esos gases de escape cuando la presión de sobrealimentación alcanza un límite determinado.
«La turboalimentación ha revolucionado el mundo de los motores de combustión.»
Un plus de potencia con la refrigeración del aire de sobrealimentación
Los ingenieros de
El retardo en la respuesta al acelerar era otro problema derivado del principio del motor turbo que planteó inicialmente numerosas dificultades. Al pisar el acelerador a un régimen de revoluciones bajo, el 911
Biturbo, una evolución vertiginosa
Entrada en el siglo XXI con la refrigeración por agua
A finales de la década de 1990, August Achleitner definió como «la puerta de entrada a la nueva tecnología» la transición de la refrigeración por aire a la refrigeración por agua en el motor bóxer de seis cilindros de la quinta generación del 911 (996). En ese momento, Achleitner dirigía el departamento de planificación técnica de producto y fue el responsable de la gama 911 entre los años 2001 y 2018. La refrigeración por agua era una condición indispensable para seguir aumentando la potencia, reducir el consumo y cumplir las leyes de emisiones acústicas y de gases de escape. Los ingenieros de
Geometría de turbina variable
En 2006, el 911
Menos cilindrada, más potencia y eficacia
Tras la introducción de la refrigeración por agua y la VTG, en 2015 llegó el siguiente hito: la turboalimentación en los modelos básicos
Hibridación deportiva
En el verano de 2024, con la puesta al día de la generación 911 actual (992), los ingenieros emprenderán una vez más nuevos caminos en el perfeccionamiento del motor bóxer de seis cilindros. El nuevo 911
El centro de la tecnología es el turbocompresor de gases de escape asistido eléctricamente. Entre la turbina accionada por los gases de escape y el compresor hay un motor eléctrico integrado cuya función consiste en alcanzar extremadamente rápido rangos altos de revoluciones al acelerar y que, por tanto, establece una presión de alimentación alta sin retardo. En otras palabras, el pequeño motor eléctrico «le da alas» al turbocompresor. «La tecnología permite una respuesta similar a la de un motor atmosférico», explica Matthias Hofstetter, jefe de proyecto del sistema híbrido y de combustión para el 911. «Por su parte, los valores de aceleración son equiparables a los de nuestros deportivos cien por cien eléctricos».
Thomas Krickelberg confirma que la aceleración en el rango bajo de revoluciones es sensacional. «Con la tecnología convencional no habríamos podido implementar el aumento de las prestaciones que queríamos respetando al mismo tiempo las futuras normativas de emisiones». Son varias las medidas que conducen al resultado deseado. La cilindrada vuelve a aumentar de 3.0 a 3.6 litros y, al mismo tiempo, gracias a la asistencia eléctrica, el motor de combustión ya no necesita dos turbocompresores, sino solo uno, a la vez que ofrece una respuesta mejor y un mayor dinamismo.
«Así se ahorra peso y se mantiene compacto el motor», explica el ingeniero Reustle. El alternador y el compresor del aire acondicionado también pueden ser accionados eléctricamente por el sistema de alto voltaje, con lo que se suprime la necesidad de una transmisión por correa. El cárter un 20 % más plano deja espacio libre para los componentes adicionales, como el convertidor CC-CC. «No queríamos que el 911 fuera más largo, más ancho o más pesado», añade Hofstetter, «sino aprovechar al máximo el paquete ya existente». Eso implica gestión del peso junto a un salto considerable en cuanto a potencia. El primer motor con turbocompresor eléctrico ofrecido en la variante GTS alcanza los 541 CV (398 kW) con un par de 610 Nm. La cadena de transmisión también incluye un motor síncrono de imanes permanentes integrado en la nueva caja de cambios reforzada de doble embrague y ocho velocidades (PDK). Asiste al motor bóxer ya desde el ralentí con un par de propulsión de hasta 150 Nm y proporciona una potencia de hasta 40 kW.
El funcionamiento puramente eléctrico, como el de un híbrido enchufable, no era el objetivo en el 911 como T-Hybrid. «Tampoco la batería debía ser demasiado grande y pesada», comenta Hofstetter al explicar su capacidad de 1,9 kWh. Esto hace que se beneficie de la aportación del compresor asistido eléctricamente, es decir, de la recuperación de la energía de los gases de escape. El motor eléctrico en el turbocompresor de gases de escape ejerce también como generador. Para ello, genera hasta 15 CV (11 kW) de potencia eléctrica que toma de la energía eléctrica de los gases de escape, un principio tan sencillo como fascinante. El motor eléctrico funciona como un regulador de revoluciones: en cuanto la presión de sobrealimentación sube demasiado debido a un régimen excesivo, frena la turbina. Así se genera electricidad, que a su vez alimenta a la batería o al motor eléctrico. Gracias a la recuperación eficiente, una batería relativamente pequeña es suficiente para el uso cotidiano, sobre todo porque la química celular está diseñada especialmente para las necesidades del T-Hybrid. «La tecnología permite que la batería aporte mucha energía en poco tiempo», añade Hofstetter, «y se recarga relativamente rápido».
Otra ventaja del turbocompresor eléctrico radica en que no se necesita la conocida wastegate. Eso lo convierte en una novedad mundial en este formato.
«La energía que antes pasaba junto a la turbina se esfumaba sin aprovecharse», señala Hofstetter. «Ahora se genera energía eléctrica a partir de la regulación de la presión». Esto influye positivamente en la eficiencia del motor y, por tanto, en el consumo de combustible.
«La turboalimentación en combinación con la hibridación, la recuperación de energía, la reducción de la fricción dentro del motor, la optimización de la refrigeración y un diseño óptimo de la cámara de combustión», resume el ingeniero de motores Reustle, «son la receta para seguir cumpliendo también en el futuro las normas de emisiones. Al mismo tiempo, así satisfacemos las exigencias cada vez mayores en cuanto a prestaciones y eficiencia». La implementación de esta receta, afirma, es «un extraordinario esfuerzo de equipo por parte de todos los implicados».
El motor bóxer de seis cilindros del 911 sigue siendo una fuente de potencia compacta, muy en la línea tradicional del innovador motor que inventó en su día Hans Mezger para el 911 original.
Texto Thomas Ammann
Fotos