Altura de vuelo máxima
Sus imágenes se conocen en todo el mundo: el cineasta Joseph Kosinski es el creador del último superéxito de Tom Cruise. «Top Gun: Maverick» lleva su firma y, como pocos en Hollywood, Kosinski vive por sí mismo este mundo de dinamismo y velocidad. Visitamos en Los Ángeles a un hombre lleno de adrenalina e ideas fantásticas.
Confía en tus instintos. Esta frase es un mandato de supervivencia. Declamada con insistencia por Tom Cruise en el superventas de 2022 «Top Gun: Maverick» y dirigida a un joven piloto para el que alberga sentimientos paternales y que solo con la máxima confianza en sí mismo podrá superar una misión de alto riesgo donde no hay ni un segundo para reflexionar. Cruise, que en la vida real también es un excepcional piloto, no solo representa en la película el papel del testarudo instructor. También ha formado él mismo a los actores durante el rodaje. Junto con pilotos de la Marina, les ha enseñado a resistir fuerzas de más de 7 g en jets F/A-18 y también a representar sus papeles en la ficción. «El esfuerzo fue gigantesco», afirma el director Joseph «Joe» Kosinski sobre una de las producciones cinematográficas más exitosas de todos los tiempos. «Pero cuando hay que representar ante el público estas fuerzas y velocidades, las imágenes deben ser totalmente reales».
Máxima autenticidad para la gran pantalla: esa es también la divisa para el cineasta de 48 años en su nueva película sobre la Fórmula 1. «La velocidad ha sido siempre lo mío», añade Kosinski, mientras nos sentamos en su home cinema, donde a veces recibe a Tom Cruise y, desde hace poco, también a Brad Pitt, la estrella de una película sobre el automovilismo que se presentará en 2023. La casa es una joya arquitectónica y el director un interlocutor tranquilo y concentrado. Sin embargo, el quedarse sentado no es una de sus especialidades. «Estoy siempre en movimiento, no valgo para tomarme vacaciones».
«La velocidad ha sido siempre lo mío.»
Al principio quería construir coches de carreras y soñaba con ello en su habitación de niño mirando su póster de un
El origen de su obra cinematográfica se encuentra en Nueva York. Mientras estudiaba arquitectura, Kosinski comenzó a producir sus primeros cortos de juventud. El cortometraje «Desert House» solo dura dos minutos, pero bastó para convencer a un experto en marketing de Nike. Al poco tiempo, Kosinski rodaría el primero de sus muchos spots publicitarios llenos de acción.
Dos de sus éxitos cinematográficos son secuelas. La película de ciencia ficción «Tron: Legacy» y, por supuesto, «Top Gun: Maverick». ¿También su película sobre la Fórmula 1 se basa en algún modelo? «En cuanto a inspiración, sin duda», afirma Kosinski. Para él, la documentación aparecida en 2010 sobre Ayrton Senna es la mejor película sobre automovilismo de la historia. «Eso se debe a su veracidad: nunca se había visto tan claro lo que significa conducir en carreras de Fórmula 1». También se refiere a la película «Grand Prix» de 1966 como un hito cinematográfico. «La acción, incluida la historia de amor, es ficción, pero John Frankenheimer rodó en carreras reales con pilotos reales». Kosinski comenta con admiración la labor pionera del director estadounidense: «Diseñó una cámara que se podía montar en los coches de carreras e incluso girarse. Para mí, sigue siendo uno de los logros de ingeniería más vanguardistas de la historia del cine, y hoy lo trasladamos a nuevas dimensiones. Nosotros lo conseguimos con cámaras especiales en jets, y para la película sobre Fórmula 1 podemos ir incluso más allá en el ámbito técnico».
No solo la velocidad es un elemento común en sus películas. También el entusiasmo infantil por los coches y su pasión por
Ahora Kristin y Joe Kosinski ya tienen dos hijos, de doce y ocho años, y una hija de dos y viajan todos juntos en el
Para el americano son importantes los personajes femeninos fuertes. Además de la piloto Phoenix de «Top Gun», que hizo convivir siempre con mujeres piloto reales de la Marina, también creó para el superventas el personaje de Penny Benjamin. «Una mujer de negocios independiente y experta marinera que mira de igual a igual a Maverick». En el final romántico de la película, Penny pasa conduciendo su 911 S del año 1973. El deportivo es más que un homenaje al 356
Los personajes que crea son coherentes y fascinantes pero, afortunadamente, se alejan de los superhéroes absolutos. Ese es el objetivo también en la película sobre la Fórmula 1. «Hablamos sobre las relaciones únicas entre la técnica, el talento de conducción y el negocio. Queremos trasladar al público esto y la velocidad brutal».
Su trayectoria le viene a Kosinski como anillo al dedo: experiencia en técnica de vehículos, aerodinámica y música, unida a su pasión por los coches y la velocidad. «Tengo la gran suerte de no haberme convertido en director estudiando en una escuela de cine», resume su polifacético currículo. Momento de echar un discreto vistazo al reloj: Kosinski lleva el Chronograph I negro de
Texto Heike Hientzsch
Fotografía Linhbergh Nguyen