El legado de F. A.
¿Qué tienen en común un deportivo
Está sentado solo frente a su mesa de trabajo. Delante suyo, pinzas y destornilladores en miniatura. Con la lupa encajada en el ojo ensambla el mecanismo del reloj y lo coloca en la caja. Es la clásica imagen de la profesión de relojero que tenemos todos grabada en la cabeza. Y en efecto, en muchos lugares es así.
También en
Aquí la flexibilidad juega un papel decisivo. De la cadena de montaje pueden salir
Es una empresa joven en Solothurn, pero en
Pero, ¿qué aspecto debía tener el producto de referencia gestado en Solothurn? Para el diseño se consultó al estudio en Zell am See. Roland Heiler resguarda allí la herencia creativa de F. A.
Ningún problema desde el punto de vista de los diseñadores, pero para los ensambladores es un trabajo complicado. «No se podía colocar un simple cojinete en un eje, porque este eje se habría cruzado con la tija de la corona», explica Bergmann. Así pues, los diseñadores de la caja propusieron en primer lugar un único cojinete lateral. Sin embargo, había que definir el punto de presión, y además el pulsador debía cerrarse con la caja con tal precisión que no quedara ningún espacio libre. Y eso no es posible con un cojinete lateral de esas dimensiones. «En estas situaciones opto por echar mano del teléfono y llamar a Weissach», confiesa Bergmann con una sonrisa pícara. Allí le informaron de que las partes con más carga mecánica siempre se colocan en ambos lados del motor, y pidió que en Weissach le propusieran una construcción alternativa. «Fui con ella a nuestro fabricante de cajas y nos pusimos de acuerdo rápidamente en que esta era la mejor solución», recuerda Bergmann. La obra conjunta de especialistas de deportivos y relojes se ha convertido entretanto en una solución patentada similar a un sistema de pulsadores para el control de válvulas. La diferencia consiste en que el pulsador no activa ninguna válvula sino unas varillas de empuje que hacen llegar a la maquinaria del cronógrafo la presión del dedo. Un sistema de muelles, análogos a los amortiguadores de las válvulas, se encarga de que el pulsador mantenga su posición neutral. Las juntas impiden que el agua entre dentro de la caja.
Según la norma suiza Chronofiable, un cronógrafo debe soportar por lo menos 3.000 activaciones. «Hemos seguido el principio
Los creativos de
Texto Martin Häußermann
Fotografía Rafael Krötz
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