Arte en miniatura
El modelismo de motores genera entre sus adeptos una pasión inversamente proporcional al tamaño de sus piezas. Cada tornillo y cada color cuentan a la hora de conseguir una réplica en miniatura del bóxer montado en el
Accionada por un motor eléctrico oculto, la maqueta empieza a moverse y unos leds rojos indican el orden de explosión de los cilindros: 1 – 6 – 2 – 4 – 3 – 5. La secuencia es correcta y el sonido correspondiente se escucha a través de un pequeño altavoz situado debajo del motor bóxer de escala 1:4. Una verdadera joya del modelismo que levanta pasiones entre los fans, como demuestran las ventas de este kit en la tienda del Museo
Pero naturalmente los verdaderos fans de
Detalles que, si la editorial Franzis hubiera pensado en ellos, seguramente habrían causado algún que otro quebradero de cabeza. La cabeza de los cilindros, por ejemplo: «Con nuestras maquetas siempre adoptamos un compromiso: deben ser duraderas y se tienen que poder montar sin pegamento», explica John Anson, diseñador de maquetas de motores en la editorial Franzis y padre del bóxer de seis cilindros en miniatura. Así, los cilindros no se montan uno a uno, sino que vienen agrupados en una pieza por banco. Además, la carcasa del motor está dividida horizontal y no verticalmente con el fin de aligerar el conjunto. ¿Por qué no se le ocurrió este detalle a Hans Mezger, ingeniero de motores de
Nördlingen, Baviera. Aquí viven Thomas Müller y Joachim Niesslein. También ellos individualizan sus maquetas. «¡Mira!». Thomas Müller, coorganizador del legendario encuentro anual de propietarios de colas de pato de
Niesslein tiene una pasión llamada «pátina», es decir, el aparente «envejecimiento» de las piezas de montaje. Dura horas. El tubo de escape, por ejemplo. Primero le aplicó pintura, y después la fue eliminando frotando con pintura al óleo y trementina para hacer que el color oscuro del óleo quedara adherido en las pequeñas hendiduras del plástico. De esta manera, de una simple pieza troquelada nació una pequeña obra de arte. Tampoco faltan, por supuesto, las correas de sujeción de aspecto metálico, hechas con una finísima chapa de aluminio de apenas 0,4 milímetros de espesor. «Una lámina de plástico es más gruesa», puntualiza Niesslein. El montaje de las maquetas de motores siempre le ocupa mucho tiempo. Tras semanas de trabajo, sus obras acaban adornando los talleres y salones de sus amigos cual piezas de museo.
Las ideas se le ocurren con Müller, como sucedió con los detalles del carburador del «motor Röhrl», en el que se pueden apreciar incluso las chapas deflectoras destinadas a proteger del calor el carburante pulverizado. En su próximo motor, Niesslein intentará reproducir el movimiento del carburador.
Estas posibilidades no se le habían ocurrido a Martin Koschewa, responsable de marketing de la editorial. Se dirigió a Jörg Thilow, del Museo
El resultado es convincente. Por tanto no es de sorprender que en su próxima colaboración
El delicado trabajo con el filtro del aire o los detalles del carburador podrían poner en aprietos a los maquetistas. «¿De verdad cree?», pregunta Thilow con un guiño. Según sus cálculos, a partir del primer día de las Navidades de 2018, los amantes del modelismo como Frank Wessels y Joachim Niesslein se encerrarán en sus talleres para convertir su motor
Texto Thorsten Elbrigmann
Fotografía Heiko Simayer, Thorsten Doerk, Fabian Frinzel
La obra maestra de Fuhrmann
El próximo motor del que podrán disfrutar los amantes del modelismo ya está aprobado por el Museo