Vientos de cambio
Poder tomar más rápido las curvas mientras la aguja del depósito se mueve más despacio también es aerodinámica. Actualmente, en el nuevo túnel de viento aeroacústico en el Centro de Desarrollo de Weissach, los técnicos de
Trescientos. Un límite mágico que solo traspasan los automóviles superdeportivos y los coches de carreras. Un avión despegaría ahora, el 911
Se trata de un auténtico desafío, ya que hasta el mínimo cambio en el contorno exterior del vehículo puede influir tanto en la resistencia del aire como en las fuerzas descendentes. Por eso, cada nueva variante de un modelo debe ser ensayada en el túnel de viento. «Se trata sobre todo de lograr precisión», explica Hauke Stumpf. Como Director de Ensayos, es responsable, junto con su equipo, del túnel de viento inaugurado en la primavera de 2015. «Hemos de poder captar fuerzas de un newton». Un newton es la fuerza de peso que ejerce sobre la balanza una masa de apenas 100 gramos, es decir, prácticamente nada en un coche de aproximadamente 1,5 toneladas que se mueve a 300 km/h, con lo que se suman el peso del vehículo y las fuerzas aerodinámicas descendentes.
Esto ya lo hacía bastante bien el anterior túnel de viento, que había sido construido a mediados de los ochenta. Sin embargo, los ingenieros de
El sistema de cinta con báscula constituye el corazón del nuevo túnel de viento. Además, como particularidad, los ingenieros de ensayos de Weissach pueden elegir entre dos sistemas de cinta distintos. En uno de ellos el sistema de cinco cintas cada rueda descansa sobre su propia cinta de acero, y en el centro, bajo el suelo del vehículo, se mueve una cinta grande. «Eso nos permite medir con especial exactitud», explica Stumpf. El sistema de una cinta, como su propio nombre indica, consta de una sola cinta de acero que se mueve por debajo del vehículo ensayado. Este sistema es el que más se acerca a la realidad, lo que en muchas comprobaciones supone una gran ventaja, pero proporciona resultados un poco menos exactos. Siguiendo el lema de «dos mejor que uno»,
Pero además, estos sistemas desempeñan otra tarea decisiva: permiten medir las fuerzas con las que el viento incide sobre el vehículo, ya que están conectados a una báscula de precisión colocada sobre una base propia. Con ella se miden los cambios mínimos de las fuerzas eólicas sobre el vehículo, así como la distribución de las mismas por encima las ruedas. A partir de esas mediciones, los ingenieros pueden calcular la resistencia del aire y las fuerzas ascendentes y descendentes que actúan sobre los ejes delantero y trasero.
El viento artificial se genera mediante un ventilador de gran tamaño con palas de carbono cuyo diámetro es de aproximadamente ocho metros. La potencia propulsora máxima generada por un motor eléctrico del tamaño de un microbús es de unos siete megavatios, lo que equivale a 9.300 CV. A pesar de ello, en el nuevo túnel reina la tranquilidad: a 200 km/h, la instalación es mucho más silenciosa que su predecesora. Gracias a ello, ahora en Weissach también se pueden realizar mediciones acústicas que antes había que encargar a proveedores externos. La finalidad de las mismas no es tanto determinar el nivel de ruido absoluto, sino realizar minuciosas averiguaciones detectivescas: ¿cómo influye en el sonido, por ejemplo, el contorno de un determinado espejo o una nueva junta en las puertas? Para ello se orientan varios cientos de micrófonos hacia el vehículo colocado sobre el tramo de medición de manera que el ordenador muestre en tres dimensiones la propagación del sonido desde el vehículo.
A partir de ahora, muchas de las mediciones, como las que permiten averiguar la resistencia del aire, también se efectuarán a la velocidad de 130 km/h habitual en las autopistas. Sin embargo, es importante poder generar velocidades de viento mucho mayores, por ejemplo para ensayar la resistencia de las estructuras o para desarrollar coches de carreras. Respetar los límites que fija el reglamento y aun así lograr una pequeña ventaja competitiva gracias a una aerodinámica inteligente es una de las virtudes clásicas de
El nuevo túnel de viento de Weissach no es una construcción aislada, sino que está integrada en un complejo de edificios junto con el departamento de diseño, los talleres y el área de desarrollo aerodinámico. Esto tiene una finalidad, tal como confirma Stumpf: «Esta cercanía permite a los ingenieros de desarrollo aerodinámico ensayar diseños conceptuales con mucha rapidez y la máxima confidencialidad». En
Aproximadamente cuatro años transcurrieron desde que la Junta Directiva tomó la decisión hasta que el nuevo túnel de viento entró en funcionamiento. Aunque lo parezca, no es tanto tiempo. Al fin y al cabo, casi todos los componentes son piezas de fabricación especial que solo unos pocos proveedores en todo el mundo pueden ofrecer. Además, una vez terminado el túnel, hubo que probarlo y ajustarlo con exactitud. «De la misma manera que se afina un instrumento antes del concierto, hay que preparar un túnel de viento para su tarea», explica Stumpf. Un equipo de expertos ensayó durante semanas, por ejemplo, la distribución de la corriente de aire en el tramo de medición. Y es que, para obtener resultados aprovechables, en el recinto, cuya sección transversal supera los 22 m2, la velocidad del viento debe fluctuar menos de un 1%. «Estamos claramente por debajo», afirma Stumpf.
Sin duda, es mucho el despliegue a cuenta del viento, pero merece la pena: la misión de los especialistas del túnel de viento se considera cumplida si el siguiente modelo que sale a las calles consume un poco menos, si el primer coche que ve la bandera de cuadros blanquinegros de la meta es un
Texto Johannes Winterhagen
Fotografía Rafael Krötz