Con el «Timepiece No. 1» y el «Chronograph Titanium Limited Edition», Porsche Design y su primera colección propia de relojes han conseguido un debut a la altura de las circunstancias. Las altas expectativas se han cumplido dando una nueva vuelta de tuerca al mítico estilo del diseñador F. A. Porsche.
Para Ferdinand Alexander Porsche el negro era un estado, no un color. A pesar de ello, lo eligió para su primer reloj de pulsera. Quería «crear un reloj en consonancia con el coche. Negro, como el velocímetro y el cuentarrevoluciones del 911, porque no deslumbra al mirarlo». Así, el año 1972 no sólo fue testigo del nacimiento del «Chronograph 1», sino también del origen de una moda ya inalienable a la industria relojera. No había pasado mucho tiempo cuando más de 50.000 ejemplares del cronógrafo decoraban las muñecas de los fans de la marca en particular y el diseño en general, entre ellos muchos pilotos de carreras, como Clay Regazzoni. Y, como por arte de magia, de pronto algún que otro elemento antaño cromado de los deportivos se pasó también al negro. Una transferencia de ideas decisiva, puesto que F. A. Porsche es el padre del 911.
Se lee igual de bien que un velocímetro: el Chronograph 1 de 1972 fue el primer reloj negro del mundo
Esta es la razón por la que el «Timepiece No. 1» también es negro. Se trata del reloj con el que la empresa Porsche Design Timepieces AG, fundada el pasado verano, pretende perpetuar en el tiempo el estilo F. A. Porsche, cuyos diseños marcaron un estilo también en el mundo de los relojes. Comienza así una nueva era. La filial suiza fabrica los relojes y la matriz alemana, el Grupo Porsche Design, se encarga de su distribución, pero el proceso creativo comienza en Austria, en el Porsche Design Studio de la localidad de Zell am See. Un lugar en el que el espíritu de Ferdinand Alexander Porsche no sólo se ve reflejado en la vieja tabla donde plasmaba su ingenio. El diseñador Christian Schwamkrug ya trabajó junto a F. A. Porsche haciendo relojes en la década de los setenta. Sin embargo, más que un modelo retro, la última creación es para él una especie de cita. «La esfera y las agujas se inspiran a conciencia en el modelo de 1972», asegura. El Valjoux 7750, el reputado mecanismo cronográfico, ocupa de nuevo el lugar que le corresponde.
Nueva cronología: el Timepiece No. 1 de Porsche Design está limitado a 500 ejemplares
Pero además de apostar por la excepcionalidad en el diseño, la nueva empresa no se olvida en absoluto de los aspectos técnicos. De ello se asegura el renombrado especialista relojero Patrick Kury de la ciudad suiza de Soleura, cuya riqueza imaginativa ya ha alumbrado varios mecanismos excepcionales. «Porsche Design no puede conformarse con montar relojes con un diseño sublime juntando piezas compradas a otros», afirma.
La historia de los cronógrafos de Porsche Design es también la historia de una fidelidad permanente al desarrollo técnico. El hecho de que la capa negra se desgastara por el uso hizo reflexionar a F. A. Porsche y terminó dando alas a su fantasía relojera. En IWC, la famosa firma de relojes suiza, y Günter Blümlein, su comprometido CEO, encontró unos compañeros de viaje ideales, con los que empezó a trabajar en 1978. Por su parte, a estos les enamoró la pasión insaciable por las ideas en apariencia descabelladas. Una de estas ideas fue el reloj-brújula de 1976, una obra que incluía ni más ni menos que dos precisos aparatos de medición. El planteamiento de Porsche era totalmente programático: «No todo el mundo necesita una brújula cada día, pero más de uno la necesita de vez en cuando y, cuando lo hace, es siempre urgente. Para mí, como diseñador, este era el lema que me permitía alcanzar mi ideal: diseño como función y técnica». Este fue uno de los motivos por los que la caja doble se hizo, en un principio, de aluminio antimagnético.
Ejemplo a seguir: con el Titanium Chronograph de 1980 se apostó por primera vez por el material probado en el espacio
Como los relojes, la mente creativa del diseñador tampoco se detiene jamás. «Antes de que la técnica permita hacerlas realidad, las cosas existen en la imaginación», esta era la filosofía, aún vigente, del fundador de Porsche Design. Por ello, en 1980 un cronógrafo con teclas amplias en lugar de botones salientes trajo aire fresco a un tema tradicional. Además, con este bólido del tiempo tan particular se introdujo en la fabricación de relojes un material revolucionario, el titanio, a cuyo uso F. A. Porsche llevaba dándole vueltas desde hacía un tiempo. Más adelante, también se dotó al reloj-brújula de una caja hecha de ese «material perfecto que tanto gusta por su sencillez». El robusto material, probado en el espacio, también vuelve a estar presente en la actual colección «Timepieces», made by Porsche Design, a saber, en la «Chronograph Titanium limited Edition».
Sólo 500 relojes exclusivos: el Chronograph Titanium fusiona tradición y vanguardia
Negro, siempre negro. En 1998, la adquisición por parte de la familia Porsche de Eterna, la histórica empresa suiza, marcó el inicio de una nueva era. Una reedición limitada del clásico de 1972, aunque con una capa negra cromada considerablemente más resistente, homenajeaba a la ópera prima. En 2004, hizo su aparición en el mundo de los relojes el «Indicator», un hito desde el punto de vista técnico y relojero compuesto por más de 800 piezas y que incluía cronógrafo, marcador digital, tres barriletes y un «controlador de la velocidad» para regular la velocidad de giro.
El «P’6752 WorldTraveler» ocupa un lugar especial en la historia de la fabricación de relojes de Porsche. «Este reloj de pulsera es para mí una declaración de principios», enfatiza Christian Schwamkrug, «ya que tiene una funcionalidad extraordinaria y se le reconoce a 50 metros de distancia». Roland Heiler, responsable del Design Studio de Zell am See, destaca otro aspecto decisivo que trae el reloj universal: «Tiene una apariencia única que polariza muchísimo. Gracias a él, Porsche Design ha regresado a las raíces de las que nacerán los relojes de pulsera del mañana».
Un mañana respecto al que Roland Heiler sólo revela algunas pistas. Pero está claro que los diseñadores ya han pensado mucho más allá: «Relojes que desde el mismo momento de su creación estén pensados para ser nuestros fieles compañeros y representar un estilo de vida lujoso sin caer en la ostentación. Sencillamente: menos es más». Una opinión que también comparte Jürgen Gessler, el CEO del Grupo Porsche Design. «Los productos del futuro nos permitirán continuar escribiendo la exitosa historia de los relojes de Porsche Design, que comenzó con los cronógrafos como icono». Como
vemos, no hay futuro sin raíces.
Texto Gisbert L. Brunner
Fotografía Bernd Kammerer