Wolfgang Hatz, Director de Investigación y Desarrollo, habla de la relación entre deporte del motor e innovación tecnológica punta para los deportivos de Porsche.
La sentencia filosófica de Steve McQueen en la película «Le Mans» hace tiempo que se convirtió en una frase hecha conocida internacionalmente: «Las carreras son la vida. Cualquier cosa antes y después sólo es espera». Desde los años 70, Porsche se ha permitido modificar, o, para ser más exactos, acelerar, este aforismo. Sí: las carreras son la vida. El resto es desarrollo de vehículos. En el caso de Porsche a una velocidad vertiginosa.
Porsche vive desde hace más de 60 años de las experiencias adquiridas en el deporte del motor. Todos los vehículos de serie se benefician de la competición en los circuitos. El cuentarrevoluciones central y el contacto a la izquierda de la columna de dirección son dos elementos que lo evidencian en la cabina. La transferencia tecnológica desde el circuito a la carretera tiene lugar de forma tan fluida como regular en todos los ámbitos, desde la aerodinámica hasta el chasis pasando por la tracción. Y a diferencia de esta cita cinematográfica casi poética, en el Centro de Desarrollo de Weissach la vida entre las carreras es una carrera en sí misma en la que se tienen que superar increíbles retos técnicos bajo la más extrema presión de tiempo. El resto es tradicionalmente desarrollar, probar y seguir desarrollando, naturalmente siempre a cámara rápida.
Tras una era en la que los equipos privados cosecharon importantes éxitos en el deporte del motor con vehículos GT, el nuevo compromiso de la fábrica en el Campeonato Mundial de Resistencia de deportivos (World Endurance Championship, WEC) responde al credo de Porsche Intelligent Performance. El reglamento relativo al consumo energético, válido a partir de 2014 para la carrera de 24 horas de Le Mans el 14/15 de junio y las otras siete carreras que conforman el campeonato mundial, condensa el núcleo de la marca Porsche en pro de una eficiencia sostenible en un formato de carreras exigente.
Un aspecto importante para nosotros hace tiempo que se ha convertido en realidad: el nuevo 919 Hybrid para la clase LMP1 (Prototipo Le Mans) ha sido completamente desarrollado y diseñado por Porsche. El proyecto LMP1 Hybrid empezó su andadura hace unos tres años no sólo sobre pantallas vacías sino también sobre el terreno. En este tiempo también hemos construido nuevos edificios para más de 200 colaboradores del deporte del motor, junto al Centro de Desarrollo del súperdeportivo híbrido 918 Spyder. Cuando este año empiece a funcionar nuestro túnel aerodinámico, el Centro de Desarrollo de Weissach dispondrá de un triángulo dorado del automovilismo, cuyos vértices serán el diseño y montaje, el túnel aerodinámico y una pista de pruebas propia. En este circuito han pasado el primer test de funcionamiento todas nuestras construcciones del deporte del motor desde el 917 hasta el coche de carreras del LMP2 RS Spyder, pasando por el Porsche TAG Turbo para la Fórmula 1.
Adicionalmente la misión del Prototipo va acompañada por la entrada en acción de dos equipos GT oficiales con una versión revisada del 911 RSR. En Porsche, el deporte de élite no va en detrimento del deporte privado. Con unos 200 vehículos GT de carreras al año, Porsche es al fin y al cabo el mayor fabricante de vehículos de competición.
El intercambio de experiencias entre los compañeros de nuestros ambiciosos proyectos 919 Hybrid, 918 Spyder y 911 RSR tiene lugar a todos los niveles y por la vía directa de comunicación en el centro expresamente creado para ello: nuestra cafetería del deporte del motor.
Fotografía: Christoph Bauer