Porsche - Creatividad colectiva

Creatividad colectiva

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Inconfundibles: los instrumentos redondos con el cuentarrevoluciones en el centro son característicos de Porsche.

Style Porsche configura el futuro digital del deportivo. Los soldadores eléctricos y trabajos de programación conviven con gafas 3D y tabletas, y se permite cometer errores. Visitamos a los arquitectos del futuro en Weissach.

La diferencia principal entre Porsche y otras marcas es que nosotros dejamos que el conductor decida. Michael Mauer, director de diseño, hace una breve pausa para concluir: «¿Quiere conducir de manera autónoma o hacerlo él mismo? Por eso un Porsche siempre tendrá un volante».

En el nuevo centro de diseño de Weissach, los estilistas de la marca siempre se expresan muy claramente cuando se trata de la orientación estética y funcional del interior: En cualquier caso, el Porsche de la era digital sigue siendo un deportivo y, por tanto está concebido para el conductor. Además, añade Mauer, «es rápido». No sobre la carretera, aunque allí también, pero dentro de unos límites razonables. La velocidad de la que habla Mauer es la del acceso a las funciones del vehículo: «El reto consiste en saber cuánto tardo en encontrar algo y saber para qué sirve».

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Jochen Leinberger

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Trabajo en equipo: Ivo van Hulten, director del departamento de diseño de interiores, apostó por que personas diferentes aportaran sus capacidades.

El Mission E ofrece algunas pistas de cómo será este reto. El objetivo es que el conductor actúe de forma muy directa. Donde antes había muchos botones, ahora será muy fácil dar con la respuesta gracias a los instrumentos digitales.

Mauer resume de la siguiente manera cómo se plantean en Porsche este cometido: «Al principio deliberamos en grupo, aportamos ideas y las plasmamos rápidamente en bocetos. Entonces, un grupo de proyecto se encarga del desarrollo posterior de la cuestión y, pasado un tiempo, normalmente inferior a un mes, se llega a un resultado. Trabajamos mucho siguiendo el método de ensayo y error. Los errores son deseables porque permiten descartar lo que no funciona».

El 911 es la referencia para todos los modelos nuevos

En cualquier caso, el objetivo último es que la conducción sea fascinante y, por ello, la experiencia del usuario está presente en todo el proceso. La investigación comienza mirando atrás. Partiendo de un 911 T de 1973, el diseñador Thorsten Klein describe los elementos que, todavía hoy, hacen del Porsche un coche inconfundible y destaca el cuadro de instrumentos redondos con el cuentarrevoluciones en el centro. «Naturalmente, el Mission E, que es 100% eléctrico, no tiene cuentarrevoluciones, pero el principio de adecuar todos los indicadores a la experiencia del conductor se sigue manteniendo». Klein lleva más de 10 años trabajando en Weissach. Todavía enamorado de su profesión, acaricia el tablero de mandos, que traza una línea recta que sirve al conductor de referencia para mantener la mirada en la carretera. «El 911», comenta absorto, casi para sí mismo, «es nuestra referencia para cada nuevo proyecto».

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Salar Vakili

No quedarse anclados en el pasado, sino hacer evolucionar nuestra identidad y plasmarla en el mañana, «ese es nuestro objetivo», explica Mauer. «Mantener la esencia y traducirla a un lenguaje estético que se entienda en el futuro». Se trata de que un conductor que se siente por primera vez al volante de un Porsche en 2030 experimente aún la emoción de la marca, los genes del 911.

Ivo van Hulten dirige desde hace tres años el departamento de diseño de interiores de Porsche. Su principio máximo a la hora de idear un habitáculo es una conducción sin distracciones. Para este holandés «menos es más», un principio difícil de mantener en una época de constante evolución tecnológica. «Nos fijamos mucho en lo que hace la gente en nuestros coches», explica van Hulten. O lo que no hace. Hay indicadores del salpicadero que casi nadie ajusta, y si alguien los modifica, solamente se entretiene con ello al principio, cuando todavía tiene esa curiosidad por los detalles del equipamiento y el instinto lúdico todavía pervive. Van Hulten sabe deshacerse de lo innecesario, tal como lo demuestra en el nuevo Cayenne: más posibilidades con menos botones. El orden es indispensable para introducir novedades como, por ejemplo, la realidad aumentada. Van Hulten está convencido de que esta tecnología, que consiste en integrar elementos virtuales en el campo de visión del conductor, será relevante para Porsche, aunque actualmente aún no sea perfecta. En cualquier caso, el hecho de dirigir en todo momento la mirada a la carretera y no tener que desviarla para mirar el smartphone siempre se traducirá en una mayor seguridad y velocidad.

Soluciones que aumentan el placer

El diseño de interiores no se centra solamente en la forma de los indicadores, sino también en lo que se ve a través de ellos. La tarjeta de visita de Gantimur Meissner dice que ocupa el puesto de «jefe de diseño de UX/UI», un cargo un tanto críptico. UX es una abreviatura tomada del diseño de páginas web y significa User Experience. En nuestro caso, se refiere a todo lo que se puede experimentar con y dentro de un Porsche. «Una experiencia de usuario típica de un conductor de Porsche podría consistir por ejemplo en mejorar las destrezas de pilotaje en un circuito de carreras y pocas horas después buscar aparcamiento en el centro de la ciudad con el mismo coche». El equipo de nueve personas capitaneado por Meissner se dedica a desarrollar soluciones para mejorar la experiencia de conducción. El punto de partida siempre es el mismo: ¿Cómo afronta la vida cotidiana un usuario de Porsche? Con este objetivo, el equipo acompaña a clientes y posibles clientes para sumergirse en sus dinámicas, tomar apuntes y hacer fotos. «A continuación, planteamos en grupo cuál sería la mejor solución en cada situación», explica Meissner. «Siempre adoptamos una solución que se adapte al cliente».

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A la hora de evaluar los resultados, el jefe de diseño (a la derecha en la foto) se deja guiar en gran medida por la intuición.

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User Experience: lo primero que se preguntan los diseñadores de Porsche es cómo es la vida cotidiana del conductor. Solo entonces se desarrollan la lógica y la óptica los instrumentos. Fotografiado en el trabajo: Dominic Arnold.

Si surge una idea casi siempre la plasmamos en sencillos bocetos, y si es lo suficientemente buena para probarla, creamos un prototipo interactivo para poner en práctica la siguiente abreviación, la UI o User Interface. Para ello colaboran estrechamente creadores, diseñadores, ingenieros, expertos en electrónica, programadores y maquetistas. Todos ellos forman parte del equipo de Michael Mauer en Weissach. En este sentido, Meissner es muy exigente: «Queremos que aquí la tecnología y la creación vayan juntas y acaben conformando una experiencia de usuario perfecta».

Al volante con gafas

Aunque el mundo del diseño sea cada vez más digital, cuando se empieza a crear el interior de un Porsche siempre se hacen bocetos a mano, analógicamente, con papel y lápiz. Y no solamente un croquis, sino muchos. «Dibujar ideas rápidamente y discutirlas en grupo es nuestra filosofía», dice van Hulten. Se descartan muchas cosas, pero lo que realmente queda se traslada rápidamente a un modelo digital. En unas horas se genera un habitáculo digital donde, con la ayuda de unas gafas 3D, es posible sentarse al volante de un prototipo sin tener que construirlo. «De esta manera podemos experimentar con muchas más variantes».

Cuando la idea general está decidida, los estilistas vuelven al mundo analógico. La forma y la función no determinan solas el ambiente del habitáculo, sino que también entran en juego colores y materiales que plantean nuevas preguntas: ¿Qué se identificará con el espíritu deportivo en el año 2020? ¿Los típicos materiales de alta tecnología como el aluminio o el carbono? ¿O los elementos naturales como la madera o la piel, cuya superficie envejece con el paso del tiempo? ¿La pátina será sinónimo de modernidad?

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Christopher Gutierrez Diaz

Esta incertidumbre tan tangible sirve de estímulo a Michael Mauer cuando mira al futuro, ya que la transformación es omnipresente: «Para un creativo, la aceleración de los acontecimientos es un incentivo para seguir trabajando». El equipo de diseño está entrenado para anticiparse al futuro, adivinar el mañana. Y también Mauer ha seleccionado a los miembros del equipo con vistas al mañana. Desde hace años. «Hemos incorporado perfiles más generalistas para pensar de una manera más amplia», dice mientras vuelve a señalar hacia un 911 con la derecha. ¿La línea del futuro? «Quizás», responde Mauer esbozando una sonrisa y doblando por la mitad una hoja de papel. También en 2048, cuando la marca Porsche tenga 100 años, al inicio de un nuevo proyecto seguramente una mano dibujará un boceto «y sentirá si va en la dirección correcta».

Cuando Mauer justifica su preferencia por un diseño determinado, siempre lo hace diciendo: «Es el que me da la mejor sensación». Una sensación que, en el mundo virtual, por muy realista que sea, solo se puede intuir. Por ello, la construcción artesanal de modelos de prueba perfectos seguirá siendo decisiva para hacer experimentable el futuro digital.

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Para Daniela Milošević lo que cuenta es el tacto: en la época digital los materiales naturales son cada vez más importantes.

Texto Johannes Winterhagen
Fotografía Thorsten Doerk