El camino a Le Mans
Ya ha echado a rodar la nueva temporada de resistencia. El
Medianoche en Bahréin. El equipo de
Hitzinger y su equipo han realizado su idea de evolución. Lo que puede sonar a ajustar un par de tornillos consiste, en realidad, en mantener el concepto básico al tiempo que se retocan todos y cada uno de los detalles. El 919 Hybrid sigue teniendo un motor turbo de gasolina downsizing con inyección directa y dos sistemas de recuperación de energía diferentes. La potencia actual es de casi 735 kW (1.000 CV). La lista de mejoras es larga.
Así, se ha aumentado la eficiencia de combustión del motor de 2 litros y 4 cilindros que, además, ahora es más rígido y ligero. El montaje sobre el chasis del motor en V de 90º ha sido geométricamente optimizado para lograr una mejor rigidez global. El tubo de escape único ha sido reemplazado por un sistema de tubo doble para aumentar la potencia y lograr una aerodinámica más eficiente. El motor de combustión interna propulsa el eje trasero con más de 368 kW (500 CV). En la caja de cambios secuencial de siete marchas y accionamiento hidráulico también se ha conseguido el difícil equilibrio entre ligereza y rigidez «reduciendo a su vez notablemente el tiempo de cambio de marcha», añade Hitzinger.
El resultado de esta revisión total del sistema híbrido es más potencia con menos peso. Al frenar, la energía cinética se transforma en electricidad en el eje delantero. El segundo sistema de recuperación se encuentra en el sistema de escape. La presión de los gases de escape –que discurre prácticamente paralela al turboalimentador– acciona una turbina. La carga eléctrica generada se almacena temporalmente –como la de los frenos delanteros– en celdas de baterías de iones de litio desde donde puede ser activada por el piloto. Cuando éste la activa al máximo, una fuerza adicional del orden de 294 kW (400 CV) le aplasta contra el asiento. Mediante un motor eléctrico, esta potencia propulsa el eje delantero y convierte al 919 en un 4x4.
Como en el caso del sistema de propulsión, en el Campeonato Mundial de Resistencia los ingenieros también tienen carta blanca a la hora de elegir el acumulador. «Y hay que escoger siempre el que mejor vaya con el sistema híbrido en cuestión», explica Hitzinger. «Siempre hay que buscar un equilibrio entre densidad de potencia y densidad energética», agrega. Cuanto mayor sea la densidad de potencia del acumulador, más rápidamente se puede suministrar y activar la energía; mientras que cuanto mayor sea la densidad energética, más energía se podrá acumular. Mantener en cotas máximas ambos valores es físicamente imposible. «El nivel de densidad de potencia de nuestra batería de iones de litio es casi como el de los supercondensadores, pero tiene una densidad energética mucho mayor. Puede absorber y generar mucha potencia muy rápido, tiene un peso razonable y una capacidad de almacenamiento relativamente alta».
A la hora de activar la energía eléctrica, los pilotos deben sopesar cómo actuar: pueden activarla prácticamente hasta vaciar el acumulador en algún duelo de la carrera, pero se arriesgan a quedarse luego relegados frente a otro coche al que aún le queden reservas. Cuanto mayor sea la cantidad de energía eléctrica por vuelta que puede usar un piloto, menos combustible tiene permitido consumir. De esta forma el reglamento fomenta la innovación en el desarrollo de tecnologías híbridas, al tiempo que consigue un equilibro de oportunidades entre ambos sistemas. En 2015, el
En el caso de la aerodinámica, además de conseguir más eficiencia también se buscaba ganar sensibilidad, es decir, una menor vulnerabilidad de cara al viento, el ángulo de dirección y los ángulos flotante y de balanceo. Todos estos factores modifican el flujo del aire que envuelve al coche y perjudican su estabilidad, afectando a la velocidad. Fundamentalmente, los expertos en aerodinámica actúan a dos bandas: las largas rectas de Le Mans exigen tan poca resistencia al aire que se tiene que reducir la fuerza ascensional negativa, mientras que para el resto de tramos ésta debe ser mayor.
De pronto suben de nuevo los decibelios. Con su nuevo sistema de doble escape, el sonido del 919 es aún más profundo. Nico Hülkenberg pone la séptima, activa el boost y levanta una gran polvareda. Marc Lieb, simbiosis entre piloto de carreras e ingeniero, observa la nube de arena. ¿Que qué significa correr en Le Mans con el nuevo
Texto Heike Hientzsch
Fotografía Jürgen Tap
Los nueve magníficos
Los tres grupos de conductores tienen que cumplir muchos y difíciles requisitos.
El grupo de pilotos sigue estando formado por los mismos dos tríos del año anterior. Timo Bernhard (Alemania), Brendon Hartley (Nueva Zelanda) y Mark Webber (Australia) tienen ahora el número 17. Con el 18 correrán Romain Dumas (Francia), Neel Jani (Suiza) y Marc Lieb (Alemania). En Spa y Le Mans se alternarán en un tercer prototipo con el número 19 Earl Bamber (Nueva Zelanda), Nico Hülkenberg (Alemania) y Nick Tandy (Gran Bretaña).
Fritz Enzinger, Jefe del Programa LMP1 (foto), tiene plena confianza en los nueve pilotos: «Que todos son rápidos e inteligentes se da por supuesto, pero en el Campeonato Mundial de Resistencia, sobre todo en Le Mans, también hacen falta otros valores. Saber mantener siempre la máxima concentración y el máximo rendimiento son una condición sine qua non. Otros aspectos son la capacidad de integración y trabajo en equipo. Cuando el tráfico es denso hay que dominar la comprensión mutua. Éste no es un deporte para solistas».