Gracias a su tamaño y sus propiedades de todoterreno, de repente el Cayenne abre la puerta de la empresa a nuevos consumidores y, con ello, a nuevos mercados, especialmente en Asia, un continente que había permanecido más bien inaccesible para el 911 y el Boxster a gran escala debido a su infraestructura. «El trotamundos» rezaba un titular muy oportuno de Christophorus sobre la primera remodelación, acompañado de la siguiente entradilla: «El Cayenne es el Porsche que con mayor facilidad puede transmitir el espíritu de innovación y extrema orientación deportiva de la empresa hasta el último rincón del mundo…». Karl Heess, ingeniero y jefe de Chasis, recuerda lo emocionantes que fueron los inicios: «¿Que si era terreno desconocido para nosotros? Claro, totalmente. ¡En todos los sentidos! Dimensiones que no conocíamos, un nuevo segmento, un proyecto de cooperación, la responsabilidad de la plataforma y, más adelante, incluso una nueva fábrica». Aún hoy sigue siendo palpable su entusiasmo: «Queríamos sentar escuela, naturalmente, tal y como se espera que haga Porsche. Y nos está saliendo redondo. Por ejemplo, con la suspensión neumática, que todavía no existía en el segmento de los SUV».
Como es habitual en Porsche, el Cayenne pudo demostrar su deportividad también en competición. En las ediciones del Rally TransSyberia de 2007 y 2008, celebradas entre Moscú y Ulán Bator pasando por la Mongolia profunda, a los automóviles y los pilotos les esperaban alrededor de 7.000 km por terrenos casi impracticables, exigentes y espectaculares. Las 14 etapas, que en ocasiones incluían pruebas especiales de varios cientos de kilómetros, pusieron al límite al hombre y la máquina. Lo llamativo fue que sólo había Cayennes de serie. Haciendo aquello que un coche te permite hacer, puedes causar sensación de forma muy creíble.
Para cuando la familia Cayenne creció, hacía ya tiempo que el automóvil se había convertido en sinónimo de un SUV especial en Norteamérica, Oriente Medio y Asia Oriental. Christophorus resumía así la evolución: «No existen terrenos difíciles, sino un equipo inadecuado. Pero esta excusa no vale para la nueva generación del Cayenne, que se atreve con todo, tanto en la carretera como fuera de ella. Y, de paso, redefine el concepto de placer». Y así continua siendo: ¿Por qué conducir un automóvil espacioso va a tener que limitarse a ser una cuestión de utilidad?
El Cayenne demuestra sus cualidades de descubridor también en su motorización (según Oliver Laqua, una de las principales virtudes del automóvil). Ha estado disponible desde el principio en tres variantes: Cayenne, Cayenne S y Cayenne Turbo. En el transcurso de su evolución posterior, la oferta se ha ampliado tanto con nuevas versiones de motores como con modelos nuevos, como el GTS y el Turbo S, que se han terminado incorporando al imaginario Porsche. En un mercado de automóviles en constante cambio, el equipo de desarrollo del Cayenne ha conseguido encontrar siempre una solución a todas y cada una de las demandas que han ido pasando a un primer plano del mercado sin tener que cuestionar el modelo de vehículo. Se han mantenido fieles a la deportividad, pero también han seguido desarrollando el confort y han mejorado el consumo y la potencia gracias a notables optimizaciones del peso. Agilidad y raciocinio son los principales requerimientos del Cayenne de hoy.
En el Salón del Automóvil de Ginebra de 2010, el Cayenne encarna el consabido principio, pero además de una nueva imagen llega también un motor completamente nuevo, el primer diésel de Porsche: un turbodiésel V6 de 3 litros. Ese mismo año, el Cayenne se convierte en pionero en materia de híbridos en Porsche: el motor se compone de un motor eléctrico de 34 kW (46 CV) y un motor V6 de gasolina de inyección directa de 3 litros con compresor de sobrealimentación.
Y la historia continúa sobre ruedas, no en vano, un descubridor no conoce límites. La última generación incluirá un Cayenne híbrido enchufable. El todoterreno deportivo es un auténtico descubridor. Y un Porsche, sinónimo de crecimiento.
PRIMERA CLASE
La nueva generación del Cayenne perpetúa una historia repleta de éxitos que comenzó de forma espectacular en 2002 con Porsche poniendo a la venta, por primera vez, un todoterreno deportivo. Bernhard Maier, miembro de la Junta Directiva como responsable de Ventas y Márketing, nos ha hablado sobre el Intelligent Performance del Cayenne y un modelo de automóvil con madera de superventas.
¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza al oír la palabra Cayenne?
Bernhard Maier: El Cayenne es un ejemplo de cómo Porsche se reinventa una y otra vez sin dejar de ser fiel a sus principios. Es el deportivo dentro del segmento de los SUV premium, y es un Porsche de pura cepa. El Cayenne representa nuestros valores de marca, entre los que se encuentran polos opuestos como tradición e innovación, potencia y uso cotidiano, diseño y funcionalidad, exclusividad y aceptación social. Todo ello sumado a un enorme placer al volante.
¿Vaticinaban en Porsche semejante éxito?
En su momento, en 2002, fue un paso muy valiente, pues nos adentrábamos en terreno desconocido. Pero al mismo tiempo también fue un paso muy meditado. Nuestras ideas se basan siempre en una estrategia muy clara. El contacto con los clientes en Porsche es muy intenso y continuamente les pedimos su opinión sobre asuntos concretos en «product clinics». Y así fue como nos dimos cuenta de que si lo desarrollábamos de acuerdo con nuestros estándares de potencia, calidad y uso cotidiano, un Porsche SUV se vendería. Pero lo admito: por aquel entonces no nos permitíamos ni soñar con que podría ser el pistoletazo de salida de un éxito de tal calibre. De hecho, al principio nuestro todoterreno deportivo polarizó mucho… e incluso se llegó a cuestionar si Porsche podía hacer algo así. Una pregunta legítima que demuestra que siempre que sacamos un nuevo modelo o nos introducimos en nuevos mercados y segmentos se produce un debate público sobre la identidad de marca de Porsche. Ocurrió también, por poner otro ejemplo, con el 911 de la serie 996 y el paso de refrigeración por aire a hidrorefrigeración en el motor bóxer. Nuestros argumentos han convencido todas y cada una de las veces. También en el caso del Cayenne, como demuestran los más de 500.000 ejemplares vendidos.
Bernhard Maier, Director de Ventas y Márketing
¿Por qué ha tenido el Cayenne tanto éxito en todo el mundo?
Es el único deportivo de su segmento, y ese carácter se respira en todos sus detalles. Además de sitio para cinco pasajeros, el Cayenne ofrece, sobre todo, espacio para vivir la dinámica de conducción típica de Porsche. Y precisamente esto es lo que llega al corazón de nuestros clientes de todo el mundo. Es la suma de todas sus capacidades lo que ha permitido al Cayenne conquistar nuevos terrenos. Eso, y que también despide olor a Porsche por todos los poros de su carrocería. La marca es, y seguirá siendo, el principal motivo de compra.
¿Qué significa el centro de Leipzig para la marca y para los clientes?
Ofrecemos a nuestros clientes la más alta calidad, como ha vuelto a demostrar el último estudio J.D. Power. La producción del Cayenne en Leipzig y la interacción con la fábrica del grupo en Bratislava ha creado una base estable y ampliable cuya estela pudieron seguir el Panamera y el Macan. Leipzig se ha convertido por derecho propio en un lugar significativo de nuestro grupo.
¿Ve el Cayenne también como una especie de «conquistador»?
La apertura de nuevos mercados fue uno de los motivos por los que Porsche decidió poner en marcha el proyecto a finales de los 90. Con el Cayenne hemos llegado a regiones que parecían inalcanzables fabricando sólo deportivos biplaza o dos más dos. Así, el Cayenne ha sido decisivo para cimentar nuestro éxito en China. Era el producto adecuado en el momento adecuado. A fecha de hoy, el gigante asiático se ha convertido en nuestro segundo mayor mercado único. Del mismo modo, en Europa del Este Porsche no se terminó de establecer de verdad hasta que llegó el todoterreno deportivo, registrando altas tasas de crecimiento en países como Rusia y otros mercados emergentes.
¿A qué se debe este crecimiento?
Hemos penetrado en nuevos segmentos y hemos ampliado nuestra base de clientes. El Cayenne aúna la indispensable aptitud para el uso diario con deportividad y confort también en carreteras de diferentes condiciones, y además es espacioso. Fue la respuesta ideal a la demanda de muchos clientes. Tanto en mercados establecidos como en aquellos donde la infraestructura no cuenta con una red de autopistas tan amplia, para muchos clientes el Cayenne ha sido la puerta de entrada a la marca. Para la empresa, el segmento de los SUV es el que promete el mayor crecimiento. En consecuencia hemos ampliado también nuestra organización comercial, creando nuevos centros de Porsche y ampliando antiguos. En China, por cierto, este año estamos abriendo un nuevo Centro Porsche cada dos semanas.
¿También se ha contagiado en China el éxito del Cayenne a los demás modelos?
Antes de introducir el Cayenne, vendíamos unos 200 vehículos al año; el año pasado fueron unos 36.500. Esto nos ha permitido montar una estructura amplia, y con el Macan vamos a seguir profundizando en ello. Esto nos permite acercarnos aún más a los clientes y ofrecer todos los servicios, lo que a su vez ha avivado el interés e impulsado, o en parte incluso posibilitado, la venta de los otros deportivos. De esta forma, nuestras ventas de deportivos de dos puertas en el mercado chino han pasado de unas pocas unidades en 2004 a más de 3.600 en 2013, permitiéndonos alcanzar cuotas de mercado equiparables a las de los mercados establecidos. En otras palabras: también en China somos líderes indiscutibles en el segmento del 911 o del Boxster/Cayman. Sin el Cayenne nuestro crecimiento probablemente no hubiera podido evolucionar tan rápidamente. Ha sido una especie de portavoz de la marca Porsche tanto allí como en otros nuevos mercados.
¿Y el mensaje lanzado por ese portavoz es…?
Que Porsche se percibe como una marca con una gran variedad de modelos exclusivos y con la oferta más deportiva y exclusiva en todos y cada uno de los segmentos. El Cayenne representa nuestro lema Intelligent Performance en todos los sentidos. Y es sinónimo de fascinación por los deportivos, ya que un Porsche sigue siendo deportivo tenga dos, cuatro o cinco puertas y con independencia de si el motor es trasero, central o delantero.
Texto Richard Blehn