Easy Rider
«My friends all drive
Summertime…
Child, the living’s easy…
La imagen de un sueño, al menos del sueño despreocupado y alegre de los sesenta: Janis Joplin volando por la autopista en su psicodélico
Freedom’s just another word for nothing left to lose…
Todos tienen un
when I bring home my hard earned pay, I spend my money all on Mary Jane!
Bueno, quizá la mayor parte sí, pero está claro que reservó 3.500 dólares para el valioso descapotable, y otros 500 para su amigo y manager Dave Richards, quien después de arrasar en una tienda de pinturas, plasmó en él la historia del universo con todos los colores del arco iris. Y eso que el coche no estaba, ni mucho menos, destinado para el garaje. Al contrario, la cantante no perdería oportunidad de lanzarse con él a la aventura. Le encantaba ser aclamada por sus fans a bordo de su inconfundible
from the Kentucky coal mines to the California sun, ... through all kinds of weather, through everything that we done.
Estaban hechos el uno para el otro… ¡Qué pareja!, ¡cuánto amor!
Have another piece of my heart now, baby, you know you got it if it makes you feel good…
En la salud y en la enfermedad, en los buenos y en los malos tiempos, con duras separaciones por robo de por medio (cry baby, cry baby, cry baby) y felices reencuentros (honey, welcome back home) hasta…, hasta que la muerte los separó. El convulso camino de Janis Lyn Joplin finalizó trágica y repentinamente en el Landmark Hotel de Los Ángeles en 1970.
No así el del
oh, come on, come on, come on,
con el sol californiano sobre él y el viento del Pacífico en el cabello y el embriagador perfume de la libertad en la piel
it rode us all the way to New Orleans, I pulled my harpoon out of my dirty red bandanna, I was playing soft while Bobby sang the blues…
Autor Bernd Eberhart
Fotógrafo Jeremy Cliff