Llave en mano
No sólo se acoplan bien en la mano y son bonitas, también tienen algo especial: las llaves de
Es una historia con dientes. Las llaves de los
El cargo de Sascha Kissner ya anuncia que aquí se trata de algo más que de abrir una puerta: Director de Desarrollo, Sistemas Eléctricos/Electrónica, Carrocería, Sistemas de Seguridad. Sobre el escritorio del experto hay una llave de un nueveonce, en la que no sólo se ve la silueta de la serie, sino que además se trata de un cabriolet. Para
Lo más decisivo para definir de qué es capaz una llave son los circuitos impresos de la tarjeta flexible, una verdadera maravilla en el menor espacio. Así también lo expresa la tesis científica popular: «Antes se introducía la llave en el coche, hoy se introduce el coche en la llave». El trozo de metal fresado de la infancia de los deportivos se ha convertido en un módulo de seguridad de alta tecnología. El hecho de abrir la capota del cabrio o de desbloquear desde la distancia el maletero y las puertas demuestran la comunicación sin interferencias entre la memoria de datos de la llave y los aparatos de mando del vehículo. También se activan así las funciones de memoria para el ajuste de los asientos. «A la llave se la instruye», dicen coloquialmente los expertos, con lo cual es tanto emisor como receptor. Estas funciones emitidas por radiofrecuencias están codificadas de forma estandarizada con procedimientos modernos y criptológicos. En el sistema
Galería.
Como es típico de todos los
La llave debe ser de fácil manejo, lo que queda reflejado en la háptica. Las teclas de la superficie están dispuestas de modo que hay que presionarlas bastante para que se active su funcionamiento, lo que impide que la puerta se abra de forma involuntaria cuando la llave está metida en el bolsillo del pantalón. También es muy importante la estabilidad. En la profusa fase de pruebas se comprueban la estanqueidad y la resistencia, sacudiendo por ejemplo la llave durante horas dentro de una lavadora con piedras. Hay otra cuestión que no admite el más mínimo compromiso: cada llave de
No conocen que se haya podido «vencer» a la electrónica. La última llave de la serie de nueveonces 991 marca también una trepidante evolución en la codificación. Desde hace tiempo son impensables los clásicos cortocircuitos que todavía aparecen en algunas películas de gánsteres. Si alguien pierde su llave, al crear la de recambio el Centro
A pesar de la avanzada tecnología digital, que también va ofreciendo continuamente nuevas posibilidades a las llaves de los vehículos, Sascha Kissner y sus colegas consideran que la llave como tal es imprescindible. Claro que técnicamente se podrían mandar las señales a través del teléfono móvil. Pero aun cuando se encontrara una solución a los temas de la seguridad, seguiría existiendo un gran problema.
«La mayoría de las personas cambian de teléfono móvil cada dos años, o más a menudo», dice Kissner, «pero la llave tiene que perdurar durante toda la vida útil del vehículo». Algo orgullosos sí se sienten los ingenieros porque hace poco ha aparecido en el lejano oriente una especie de copia de la funda para la llave en forma de móvil. Pero con este realmente sólo se puede hablar por teléfono y no arrancar un
Texto Elmar Brümmer
Fotografía Bettina Keidel